martes, 13 de marzo de 2012

The Rocket

Construir un juguete que, además de divertido sea útil, no es tan difícil como a simple vista pudiera parecer, y puede resultar un regalo original.

Los materiales, no han de ser necesariamente caros, y la construcción en sí misma puede ser realmente fácil, e incluso entretenida, cuando no muy divertida.

Como ejemplo de lo anterior, podíamos ver la siguiente manualidad: un cohete espacial, muy útil como contenedor de rotuladores, bolígrafos, etc.

Como tiene tapa, resulta muy discreto y práctico.

En este caso, como los materiales son reciclados, es además muy económico de construir.

Sólo necesitamos unos tubos de cartón (papel de cocina, etc.), hojas de periódico, cola blanca, agua, rotuladores, pinturas (acuarelas, témperas...), y un pincel.

El cohete, va recubierto de varias capas de trozos de papel de periódico, pegados con cola blanca rebajada con agua.

Posteriormente, pintamos, y con los rotuladores decoramos a nuestro gusto.



El gapo, ese gran desconocido

Y tan desconocido, como que no aparece ni en el diccionario.

El gapo, diríamos que es sinónimo garrulo de escupitajo, y por lo tanto, miembro bastardo de la familia de los esputo, salivazo, gargajo, gallo, polloflema de toda la vida.

¿Y a qué viene todo esto? Os preguntaréis, asombrados, y con vuestro cerebro dando arcadas.

La respuesta es muy simple.

Tan simple, como el vecino garrulo que ¿vive? sobre mi techo, y que tiene la elevada afición de soltar un gapo, desde su terraza en dirección a la calle, tras dejar escapar de sus fauces el consabido "¡grooooaaaafrp!" que limpia precariamente su sucio gaznate.

Miles de científicos buscando el eslabón perdido de la humanidad, y ahora resulta que tiene su guarida un piso más arriba que yo.